martes, 3 de junio de 2008

Welcome to California


El descapotable se tragaba la carretera como la anaconda se traga sin piedad al desventurado conejito. Las líneas amarillas discontinuas desaparecían rápidamente bajo el fuselaje de acero. Yo conducía mientras tú, con los pies descalzos apoyados en la guantera, te pintabas las uñas de un color rojo a juego con el Cadillac.

En la radio se escuchaba “California Girls” de los Beach Boys. El viendo alborotaba tu pelo infundándote exhalaciones de juventud. Disfrutábamos de aquel momento sin hablar, no había necesidad de llenar esos silencios. Parecía que el mundo hubiera hecho un pequeño inciso y nos estuviera permitiendo escapar de sus garras por un instante.

Yo pisaba el acelerador a fondo. Ni siquiera era consciente de a qué escapaba ni por qué lo hacía, pero poco importaba si tú venías a mi lado. Contigo, maldita desconocida, aprendí que lo amargo puede ser dulce, y lo dulce salado. Tú me enseñaste que hay presos libres y guardias encerrados. Tú me susurraste al oído que se puede viajar sin ir a ningún lado.

El locutor anunció la última canción del programa. Silvio y Sacramento se encargarían de cerrar aquella magnífica velada. El Cadillac atravesaba veloz el desierto y te volví a mirar, eras prácticamente una extrajera a mis ojos, pero teníamos una vida entera para conocernos.

3 comentarios:

punKTomatic dijo...

Illo, pero que ir en el coche del Samu con toda esta gente escuchando tu buen Break Beat... no desmerece.

Mazinger dijo...

Cachando, a quién te crees que me refería en el texto sino a la Marce...

Nisa dijo...

jajaja, joder chusquito, luego se te pone cara de asombro cuando te nombran pa darte premios! jeje, que callaito te lo tenias (^^,)
un beso