lunes, 30 de noviembre de 2009

Sigo siendo el mismo, pero más viejo, más feo...



Y ya quisieras tú seguir leyendo durante muchos años el libro gordo de petete. Y ya quisieras poder seguir haciendo tantas y tantas cosas y seguir tocándote los cojones como lo hacía antaño. Pero tu abuela últimamente te dice que estás hecho todo un hombre ¿Verdad? Y supongo que semejantes halagos traerán fatídicas consecuencias: responsabilidades.

¿Son las circunstancias las que cambian? Ya nada es tan nuevo y tan apasionante como antes. Todo se ha vuelto tan rutinario, tan aburrido... Lo que antes era maravilloso, ahora es estrictamente bonito, y lo que antes era excitante, ahora solo lo catalogas de “divertido”. ¿Sigues realmente siendo el mismo? ¡Tú has cambiado hijo de puta! Ya no eres aquel chico virgen y feliz. O puede que sigas siendo el mismo, pero más viejo y un poco más feo. La verdad no lo sé.

Lo que yo creo que te pasa amigo mío, es que mientras aspirabas inocentemente a ser la persona que nunca serás, se has convertido instintivamente en la persona mediocre que serás hasta que mueras.

Así pues, te aconsejo que te convirtieras al “Conformismo”, la religión que más adeptos gana cada día y con la única que se puede llegar al nirvana de la felicidad en esta puta vida que nos ha tocado vivir.