sábado, 8 de noviembre de 2008

Un buen día

A veces escucho una canción mil y una veces para poder extraer toda la sustancia que hay en ella. Soy como un exprimidor sacándole jugo a una naranja hasta dejarla seca y arrugada.

Hoy he sacado todo el jugo a “Un buen día” de Los Planetas. Una canción que a priori, ingenuo yo, creía que hablaba de costumbres rutinarias, con intrínsecos acordes que incitan a pensar cosas alegres. Y hoy, debido tal vez a mi estado de embriaguez, he descubierto muy a mi pesar y para mi grata sorpresa simultáneamente, que esta canción no hablaba de un buen día ni mucho menos. He descubierto que este pobre tío estaba pasando un día jodidamente jodido.

Y cuando he localizado las frases escondidas que escondían la clave de tal historia fatal, un escalofrío ha recorrido mi espalda y he sentido unas irremediables ganas de llorar. Yo, tan poco acostumbrado a empatizar con las historias amorosas y pasteleras que inundan el pop español, no he podido sino sonrojarme con una sensación tan poco propia del macho ibérico que creía que era.

Y no es que haya estado tan ciego, o mejor dicho tan sordo, para no fijarme en aquellas frases en las que el susodicho hacía referencia a su amor probablemente perdido, sino que hasta hoy no me había parado a pensar lo triste y amarga que es esta historia. Hoy ha caído sobre mi cabeza el cubo de agua fría mientras irónicamente mi cerveza estaba cada vez más caliente entre mis manos y he comprendido la verdadera naturaleza de esta puta ranchera que nos canta Jota cual mariachi abandonado.

En fin, hoy es unos de esos días tontos como dicen las chicas, en los que no sabes si reír a llorar. Hoy desde luego es un buen día…







Me he despertado casi a las diez
y me he quedado en la cama
más de tres cuartos de hora
y ha merecido la pena
ha entrado el sol por la ventana
y han brillado en el aire
algunas motas de polvo
he salido a la ventana
y hacía una estupenda mañana.
He bajado al bar para desayunar
y he leído en el marca
que se ha lesionado el niñato
y no me he acordado de ti
hasta pasado un buen rato.
Luego han venido estos por aquí
y nos hemos bajado
a tomarnos unas cañas
y me he reído con ellos.
He estado durmiendo hasta las seis
y después he leído
unos tebeos de spiderman
que casi no recordaba
y he salido de la cama
he puesto la tele y había un partido
y Mendieta ha marcado un gol
realmente increíble
y me he puesto triste
el momento justo antes de irme.
Había quedado de nuevo a las diez
y he bajado en la moto
hacia los bares de siempre
donde quedaba contigo
y no hacía nada de frío
he estado con Erik hasta las seis
y nos hemos metido
cuatro millones de rayas
y no he vuelto a pensar en ti
hasta que he llegado a casa
y ya no he podido dormir
como siempre me pasa