¡Ey amigos! Que no estaba muerto, sino de parranda como se suele decir. Resulta curioso que después de tanto tiempo sin pasar por aquí, no tenga mucho que contaros.
Simplemente con unas breves palabras me despido de vosotros, esta vez, esperemos que por un “break” algo más corto. Un saludo.
Después un largo viaje por los oscuros rincones del corazón humano hacia la propia autodestrucción, ha decidido volver. Herido pero vivo. Más vivo que nunca.
Ahora él es valiente. Debe serlo. Ya no vale de nada mirar atrás.
Noches de playa y brisa marina curarán todas las heridas.