miércoles, 19 de mayo de 2010

"Hijo de puta" hay que decirlo más

Podría hablar de muchas cosas hoy. Podría hablar por ejemplo, de la última película que está revolucionando Cannes con el permiso de nuestra española “Biutiful”, que es “Socialisme”, el último trabajo del franchute Jean-Luc Godard, una de las piezas clave de la “nouvelle vague”.

Pero como no estoy muy puesto en eso del cine vanguardista, vamos a dejar el tema cinematográfico por ahora y vamos a centrarnos en asuntos más trascendentales.

Un buen comienzo sería charlar de las terapias de canalización de la ira que ayudan psicológicamente a aquellas personas con un temperamento fuerte. Personas de la talla de Antonio Soprano serían ideales para estos experimentos. O yo mismo, un maldito cabrón con demasiada mala leche en algunas ocasiones.

Ya puedo maldecir todo lo que quiera, pero todo lo que me pase a partir de ahora es culpa exclusivamente mía. Uno siembra lo que recoge, ¿O era al contrario? El caso es que una vez que has tocado fondo y estás ahogándote en tu propia mierda, estás más solo que nunca. Al fin y al cabo, es lo que uno merece. Soledad, una bonita palabra para una sensación tan fea. Y malditos narcisistas los que piensen que nuestros actos en vida importan a los muertos que ya se fueron.

En conclusión y resumiendo, la vida es una puta mierda.

Es triste pensar que empecé este artículo hablando de cine y lo acabo con una cínica oda al trastorno maníaco-depresivo. Y más triste aún: lo único que me anima el día en la situación que me encuentro actualmente, es saber que esta noche hay fútbol, la final de la Copa del Rey, en la que no estará ni mi equipo preferido ni tampoco el Rey.

Buenas noches.